“UN VIAJE A LA CUARTA DIMENSION: LOOPS, PARADOJAS Y OTROS FENOMENOS TEMPORALES”
No hay diferencia entre el Tiempo y cualesquiera de las tres dimensiones salvo que nuestra conciencia se mueve a lo largo de ellas.
La Máquina del Tiempo – H.G. WELLES
El tiempo es para el humano la medida inexplicable de todos los sucesos donde siendo nosotros esclavos o viajeros de las leyes dinámicas de la física nos acostumbrado al porvenir de que un segundo ya ha sido perdido leyendo este párrafo. Pero a pesar de ello, nuestro efímero tiempo terrenal es casi la medida de todas las cosas, definiendo el tiempo para nosotros las epitomes de la realidad, lenguaje y necesidades que transcienden el devenir animal a uno propio del humano angustiado.
Este ciclo propone ver una de las grandes fantasías de la humanidad, la idea de viajar en el tiempo sea al pasado o al futuro, sea desde nuestra mente o con sofisticados aparatos, sea para bien o para mal (Para mal en la mayoría de los casos). Esto desprendiendo una visión holística desde varias ficciones cinematográficas de cuál es el poder del tiempo sobre nuestras vidas, pasando de lo puramente científico en películas como Interestelar y Primer, a la filosofía y existencialismo en películas como Dia de la Marmota y Medianoche en Paris hasta llegar a lo recóndito de lo inevitable remanente del Sísifo del tiempo sobre nosotros, como seria en títulos como Donnie Darko y Los Cronocrímenes, igualmente vale resaltar experimentos cinematográficos que juegan con la percepción de tiempo y permiten generar visiones de como el cine se debate como el arte del detalle del tiempo, esto con películas como Corre Lola Corre y 12 Monos.
La gran duda de cada uno de nosotros espectadores se volverá una pesadilla o tal vez una respuesta temporal a la cual sostenernos, pero a través de los mecanismos cinematógrafos el tiempo nunca se ha visto más acogido en las narrativas , por lo que de este ciclo se desprende una serie de diálogos, contradicciones y más preguntas que respuestas, para dejarnos como nueva incógnita, así en verdad deberíamos viajar al pasado o es mejor esperar al incierto futuro cuando exista un metro en Bogotá.
